La fenología o calendario natural

En los territorios de las latitudes medias de climas templados, dominados por ambientes y paisajes de bosques caducifolios, montes mediterráneos, estepas y humedales; con el paso de los meses y las estaciones se observan cambios en la morfología de plantas y animales, la composición de la comunidad de especies de los ecosistemas, la evolución de los cultivos agrícolas y en el medio físico.

El “Calendario de la Naturaleza” se manifiesta por una sucesión de fenómenos que suceden en ciertas fechas, con eventos especialmente notables en las estaciones de primavera y otoño. Las fases o estadios fenológicos son periodos del ciclo biológico de las especies caracterizados por un estatus de morfología, fisiología y comportamiento.    

El término fenología procede del griego phainomenom (φαινόμενον,»lo que aparece») y fue utilizado por primera vez a mediados del siglo XIX por los naturalistas belgas Charles Morren y Adolphe Quetelet. En España los primeros trabajos de fenología los hizo Hermenegildo Gorría Gollán en la Escuela de Agricultura de Barcelona durante la década de 1930.                 

Todos los años, por la misma época, pero no exactamente en la misma fecha, se pueden observar los distintos fenómenos biológicos estacionales que son la manifestación de la interacción entre mecanismos internos (la fisiología) y externos (el medio ambiente). El factor fundamental de la fenología es el fotoperiodo o duración del día con luz solar, modulado por las condiciones meteorológicas (sobre todo la temperatura e insolación) y la disponibilidad de agua en los suelos, charcas y arroyos. En primavera el alargamiento de los días y el aumento de las temperaturas activa los fenómenos y procesos de la fenología, mientras que en el otoño es el acortamiento de los días y el descenso de las temperaturas el desencadenante.    

La fenología es una ciencia multidisciplinar y los científicos y naturalistas que se dedican a ella deben tener conocimientos fundamentalmente de ecología y climatología pero también de fisiología, genética y geografía física. Estas disciplinas son muy importantes para la descripción del clima local y el estudio del impacto del cambio climático en los ecosistemas, también tiene un gran valor en agricultura, educación ambiental y en cuestiones de sanidad (como las alergias polínicas). Como ejemplo práctico, los datos fenológicos del estado de los cultivos y de la biocenosis de su entorno se introducen en los modelos agronómicos de predicción de cosechas, gestión de riegos y riesgo de plagas y enfermedades.      

En primavera en la mayoría de árboles, arbustos y matas, se produce la brotación de las yemas que durante el invierno permanecían latentes, seguida de la foliación y cuajado o inicio de la formación de los frutos que madurarán durante el verano y comienzos del otoño; muchas de las plantas herbáceas anuales aparecen también en esta época así como muchos insectos. Los animales vertebrados que pasaron el invierno en forma de letargo salen de él. Algunos mamíferos como los murciélagos, lirones, erizos, marmotas y el oso pardo, hibernan (mantienen su metabolismo muy ralentizado pero con capacidad de regular su temperatura corporal al ser animales “de sangre caliente” u homeotermos). Los anfibios y reptiles “bruman” (permanecen en un letargo con disminución drástica de su metabolismo y sus ritmos cardíaco y respiratorio al ser “de sangre fría” o ectotermos), aunque en días soleados se activan y aprovechan para beber e hidratarse e incluso en algunas ocasiones comer. Uno de los fenómenos más espectaculares para el observador de la naturaleza es la llegada a una localidad y el paso hacia otros lugares de las aves estivales procedentes de sus cuarteles de invernada en África aunque algunas especies, cada vez más debido al cambio climático, pasan los meses más fríos en las zonas más térmicas del sur de la península Ibérica.

Durante el mes de enero comienza la floración de los almendros de variedades tempranas en el litoral andaluz, éstos lo harán en las comarcas del centro peninsular durante febrero. A finales de enero o en febrero florecen avellanos, alisos y algunas variedades de ciruelos. Durante marzo brotan chopos y abedules mientras florecen sauces y endrinos; más tarde se produce la brotación foliar y el desarrollo de las hojas en las hayas, durante mayo cuando ya son bastante improbables las heladas tardías.

 Las floraciones en general de los frutales de hueso y pepita son muy vistosas; cerezos, manzanos, perales, ciruelos, melocotoneros, dan color a los campos y cada vez es más frecuente un turismo de observación del espectáculo de los paisajes en flor de frutales en algunas localidades como Cieza (Murcia), Aitona (Lleida), el valle del Jerte (Cáceres) e incluso de matas como los campos de lavanda en Brihuega (Guadalajara).

Antes de la llegada de las aves estivales se produce normalmente la partida hacia el centro y norte de Europa de las aves invernantes e incluso las paradas nupciales y cantos de algunas aves sedentarias. En diciembre ya se escucha el “ulular” territorial del búho real que puede poner sus huevos incluso en enero (según el año) en algunas localidades. Durante febrero comienzan los movimientos de partida de grullas, gansos y garzas reales; incuban sus huevos los buitres (común y negro) y otras rapaces sedentarias como el halcón peregrino, azor y las grandes águilas (real, imperial y perdicera) ocupan sus territorios y reparan los nidos.  

En cuanto a las aves migratorias estivales, las más tempranas observaciones de avanzadillas en paso y llegadas con asentamiento son las de las golondrinas y aviones; muy características son también las llegadas de las águilas calzada y culebrera, milano negro, alcotán, cernícalo primilla, codorniz, alcaudón real, cuco, abejaruco, oropéndola, collalbas rubia y gris, el grueso de la población de abubilla (cada vez con más ejemplares que se están haciendo sedentarios ibéricos) o el autillo (cuya presencia se reconoce por su característico canto en sotos y parques).

Lo más significativo de la fenología del otoño es el cambio de color de las hojas debido a la reabsorción de la clorofila y otros pigmentos; su posterior caída enriquecerá el suelo. Ésta se produce normalmente tras las primeras heladas y vendavales o temporales de lluvia, en fechas más tardías de lo normal si las altas temperaturas estivales continúan a primeros de otoño y siempre que no haya una fuerte sequía que afecte mucho a la humedad del suelo, en cuyo caso y por el contrario, se puede adelantar el cambio de color de las hojas. El otoño es también época de setas, la parte aérea del hongo que aparece con condiciones precisas de humedad de suelo y aire, temperatura y luz. 

Desde finales de agosto comienza la partida de las aves migratorias estivales y seguidamente se produce la llegada de las invernantes procedentes del norte de Europa como grulla, muchas especies de patos, becada, bisbitas, esmerejón, zorzales común y real, avefría, lúgano, escribano palustre, estornino pinto, mosquitero común, pinzón real, cormorán grande, gaviota reidora o los petirrojos “pasajeros”, ya que algunos ejemplares son sedentarios.

Un elemento importante de la fenología de un lugar o una región es la migración de las aves pero hay que tener cuidado en no considerar como primeros avistamientos o llegadas de aves migratorias a observaciones de individuos o grupos que no responden a una migración real ya que hay otros tipos de movimientos locales, comarcales o regionales como la dispersión de juveniles, las trashumancia de poblaciones entre comarcas del norte y el sur o de montaña y llanura, o las fugas de tempero y sequía relacionadas con periodos concretos de fuertes anomalías por frío, calor o falta de agua. La migración implica el desplazamiento de grandes poblaciones a grandes distancias y de “motu proprio”, es decir por instinto, condición fisiológica y “cierta voluntad” y comportamiento gregario, no por ser accidentalmente arrastradas por el viento.          

El naturalista y escritor Joaquín Araujo para destacar el valor de la observación de los ciclos de la naturaleza dice: “La vida es un fenómeno pequeño, nuevo, dudoso y corto, pero sin duda también el más bello espectáculo del Universo”… “las posibilidades de comprenderlo y disfrutarlo, se multiplican cuando mezclas tu tiempo con el de los ciclos de la Naturaleza”.

Juan Antonio de Cara García

Temporada 6. Capítulo 13Colores
Fecha de grabaciónAño 2023 y 2024
Duración2:59 minutos
Fecha de emisión19 de junio de 2024
LocalizaciónVarias localizaciones . España
Imagen y sonidoErnesto Cardoso, Daniel Agut
Montaje y ediciónErnesto Cardoso
OpúsculoJuan Antonio de Cara García
MúsicaCrowander
TemaFloating autum

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