La historia del planeta Tierra, con sus diferentes eras y periodos, se ha ido configurando poco a poco a partir de la fusión de las conclusiones de innumerables investigaciones científicas y la consecuente historia geológica de muchas formaciones rocosas de todas y cada una de las regiones del mundo.

Hace aproximadamente 250 millones de años, entre los periodos Pérmico y Triásico, la configuración continental de nuestro planeta era la de un supercontinente denominado Pangea, rodeado completamente por mares y océanos; uno de ellos, situado al este de la misma, era una gran bahía denominada Mar de Tethys.
Si hemos paseado alguna vez por las zonas montañosas de la mitad este de la península Ibérica, muy probablemente hayamos visitado los imponentes y profundos cañones calizos excavados por el río Tajo, el río Gallo o el río Guadalaviar. Casi con seguridad y queriendo conocer un poco más de esos lugares, hayamos leído que allí hace muchos años todo estuvo cubierto por el mar y ahora nos encontramos con la presencia de abundantes fósiles de animales marinos.
Situándonos geográficamente en el sistema Ibérico español y viajando atrás en el tiempo esos 250 millones de años, enormes y torrenciales cursos de agua continentales depositaban conglomerados y arenas muy cerca de la costa, configurando la base del periodo Triásico en forma de rojizas areniscas y conglomerados del Buntsandstein (podemos observar estas formaciones rocosas en el Barranco de la Hoz, atravesadas por el Río Gallo, muy cerca de Molina de Aragón). Con el transcurso del tiempo el Mar de Tethys se fue abriendo e inundando todas estas formaciones continentales, dando lugar a tipos de rocas más marinas como las Calizas del Muschelkalk (Triásico Medio) y posteriormente otras de tipo margoso y evaporítico denominado Keuper (Triásico Superior).
A continuación, y ya en el Jurásico, hace unos 200 millones de años, el “Tethys Ibérico” era un mar somero que dividía en su parte más occidental la antigua Pangea, formando dos supercontinentes: Gondwana al sur y Laurasia al norte. A lo largo de todo este periodo continuaron depositándose materiales carbonáticos en forma de calizas a partir de restos biológicos. Posteriormente, el periodo Cretácico que se inicia hace 145 millones de años, no fue inicialmente muy diferente al Jurásico, continuando con el depósito y formación de rocas calizas y finalizando con episodios donde el mar se retiró completamente para que la península Ibérica empezara a formar parte de la Europa continental.
Gondwana y Laurasia continuaron separándose durante toda la Era Cenozoica (desde el final del Cretácico hace 65 millones de años hasta la actualidad). A lo largo del periodo Terciario y gracias al impacto de la Placa Africana con la Europea (dando lugar a la Orogenia Alpina en la península Ibérica), todos los materiales depositados en la cuenca del Mar de Tethys a lo largo del Triásico, Jurásico y Cretácico se fueron fracturando, plegando y levantando lentamente para formar el sistema Ibérico propiamente dicho.
Concretamente en la Serranía de Cuenca, a finales del Plioceno hace unos 3,6 millones de años, estos enormes bloques de caliza levantados durante la Orogenia Alpina, empezaron a sufrir el desgaste por la exposición al agua y al viento. Las rocas carbonatadas, intensamente fracturadas, permitían la acumulación y circulación del agua que, mediante un proceso de disolución y transporte, fue moldeando y desgastando poco a poco la piedra. Los materiales algo más resistentes a la disolución como las dolomías (CaMg(CO3)2) pudieron mantener parte de su volumen, pero otras rocas como las calizas (CaCO3), desaparecieron en gran medida por la intensa erosión química del agua circulante.
Entornos como la Ciudad Encantada son un claro ejemplo de esta erosión diferencial por disolución, llamada también proceso de karstificación. Las calizas rojas se encuentran bajo las dolomías grises, ambas de edad cretácica. El mayor desgaste de la caliza respecto a la dolomía nos permite disfrutar de las caprichosas formas redondeadas que originó: estructuras en forma de embudo como los tormos, los barcos con sus quillas, pequeñas grutas y agujeros o los lapiaces, que configuran largos y estrechos pasillos. Todo en el marco de un entorno serrano de bosques de pinos silvestres, carrascas, sabinas y aguas azul turquesa, que bajo el manto de la nieve adorna el frío paisaje invernal.
Daniel Agut
Temporada 3. Capítulo 3 | Invierno en la Serranía de Cuenca |
Fecha de grabación | 5 de febrero de 2021 |
Duración | 3:02 minutos |
Fecha de emisión | 8 de diciembre de 2020 |
Localización | Sistema Ibérico |
Municipio | Uña, Cuenca. España |
Imagen y sonido | Daniel Agut |
Montaje y edición | Daniel Agut |
Opúsculo | Daniel Agut |
Música | Daniel Agut |
Tema | Chalkstream |
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