Hemos coleccionado minerales desde el principio de los tiempos. Su rareza, su color, las ordenadas simetrías de sus cristales los convertían en algo mágico, misterioso y divino. Hoy, por encima de la utilidad industrial de los minerales, seguimos atesorándolos, no han perdido su valor para convocar el asombro cuando sabemos el tiempo que hay detrás de esa forma tan peculiar y esa extraña armonía.
Vivíamos apenas treinta años y ahora vivimos ochenta, pero cuando tocamos rocas en las que sus moléculas se han ido moviendo durante millones de años hasta formar estos cristales, sentimos que tocamos algo parecido a la eternidad. Hoy conocemos el juego de los elementos de la tabla periódica, sus mixturas y origen. Todavía hay gentes que utilizan las rocas como talismán sanador, acumulador de energía, coágulo de magia, pero la mayoría las ignoramos, salvo si tienen un valor económico de uso suntuario o de cambio económico como las piedras llamadas “preciosas”. Sin embargo, picando la pared de una loma árida de las afueras de la ciudad, apenas poblada de espartos, cuando vemos aparecer estas “rosas”, algo instintivo y ancestral se nos remueve por dentro. Recuperamos ese afán infantil de encontrar un tesoro, ese deseo curioso de imaginar por qué, cuándo y dónde, una emoción intensa que viene de muy lejos, de aquel tiempo difuso en el que en nuestros nomadeos en busca de comida nos topábamos con la maravilla, lavábamos la piedra en el río y aparecía el brillo, el color, la simetría que luego, ya siempre, tratamos de imitar en nuestras obras. Sin embargo, en los cristales de estas rosas de piedra, parece que manda el caos y aún así el cerebro interpreta este desorden y buscan un símil: una rosa, una flor.
Regalamos uno de estos cristales que hemos desgajado de un agujero en la tierra gris de la intemperie y sentimos que estamos dando un pequeño pedazo de la historia del Mundo… y también de la nuestra, de nuestro tiempo de vida, el azar de esa búsqueda una mañana en la que, golpeando con el martillo, apareció el primer pétalo.
Ramón J. Soria Breña
Introducción a la génesis de los yesos
El yeso es un sulfato de calcio hidratado (CaSO4 2H2O) que se forma habitualmente en ambientes sobresaturados en sales disueltas, con temperaturas altas y donde existe una evaporación de agua importante. Este tipo de ambientes suelen ser lagos interiores de poca profundidad con aguas quietas o lagunas marinas someras.
Una de las cristalizaciones típicas del yeso son las formas redondeadas o lenticulares. A partir de un pequeño núcleo de cristal formado por precipitación directa en el agua, se van ordenando los aniones sulfato (SO4 2-) junto con los cationes de calcio (Ca 2+) siguiendo una simetría monoclínica. Crecen de manera concéntrica a dicho núcleo y en tres dimensiones, disponiéndose las moléculas de agua entre medias formando también parte de la estructura cristalina.
Las “lentejas” de yeso, a medida que adquieren tamaño y peso en su crecimiento, van depositándose en los fondos lacustres mezclándose muchas veces con todo aquello que decanta por gravedad siendo frecuente encontrar restos vegetales e incluso de pequeños animales dentro de los cristales. Los yesos aumentan constantemente su tamaño por precipitación progresiva y siempre que la concentración de aniones y cationes sea la adecuada, contactando unos con otros sin detener el crecimiento; esto produce interconexiones y cruces de unos con otros dando lugar a agregados cristalinos con forma de rosa. Pueden cristalizar dentro de arenas dando origen a las famosas rosas del desierto de color naranja que todos conocemos y también lo pueden hacer dentro de margas y arcillas, como es el caso concreto del yacimiento de Villalbilla, incluyéndolas dentro y tomando frecuentemente los colores grises y verduscos de las mismas.
Daniel Agut
Temporada 3. Capítulo 18 | Rosas de piedra |
Fecha de grabación | Julio de 2021 |
Duración | 2:29 minutos |
Fecha de emisión | 1 de septiembre de 2021 |
Localización | Villalbilla, Comunidad de Madrid. España |
Imagen y sonido | Ernesto Cardoso |
Montaje y edición | Ernesto Cardoso |
Opúsculo | Ramon J. Soria, Daniel Agut |
Música | Living life |
Tema | Scott Holmes |