“La historia de un arroyo, incluso de aquél que nace y se pierde en el musgo, es la historia del infinito.” Así inicia el libro de Elisée Reclus “Historia de un arroyo”, publicado hace 150 años en 1869. Un libro escrito para que las personas corrientes, poco formadas, para que los obreros metidos en la vorágine urbana de la revolución industrial, recordase y aprecias la maravilla que es cualquier río, hasta el más pequeño y anónimo.
“La historia de un arroyo, incluso la de aquel que nace y se pierde en el musgo, es la historia del infinito. Estas pequeñas gotas que centellean han atravesado el granito, la caliza y la arcilla; han sido nieve en la fría montaña, molécula de vapor en la nube, blanca espuma en la cresta de las olas; el sol, en su curso diario, las hace resplandecer con reflejos brillantes; la pálida luz de la luna las hace vagamente iridiscentes; el rayo le saca hidrógeno y oxígeno, y luego de nuevo un choque hace correr como agua estos elementos primitivos. Todos los agentes de la atmósfera y del espacio, todas las fuerzas cósmicas han trabajado en concierto para modificar incesantemente el aspecto y la posición de la pequeña gota imperceptible; ella misma es también un mundo como los astros enormes que giran en los cielos y su órbita se desenvuelve de ciclo en ciclo gracias a un movimiento sin reposo”
Ya por entonces Reclús había visto lo que ocurría cuando el arroyo se mete en la ciudad:
“El hombre interviene por todas partes para modificar la naturaleza a su gusto y el pequeño arroyo de agua deja de ser libre y se convierte en cosa de los ribereños. Ellos lo utilizan a su antojo, sea para regar sus tierras, sea para moler su trigo; pero con mucha frecuencia, también, no saben emplearlo útilmente; lo aprisionan entre murallas mal construidas que para la corriente; llevan el agua hacia hondonadas donde se estanca en charcos pestilentes; lo llenan de basura que debiera servir de abono en sus campos; transforman el alegre arroyo en un inmundo desagüe”.
Jean Jacques Élisée Reclus fue un geógrafo y revolucionario francés fallecido en 1905. Su monumental obra ha sido profusamente editada por los más diversos países del mundo y continúa siendo leída y estudiada cien años después de su muerte. En España, los trabajos de Reclus fueron editados a comienzos del siglo XX con un éxito que pocos libros tienen hoy. La editorial de la Escuela Moderna publicó por fascículos la enciclopedia “el hombre y la tierra” , 6 volúmenes, 3.500 páginas, 1.200 grabados, 500 mapas, traducida por Anselmo Lorenzo y supervisada por Odón de Buen, fue el primer intento de una enciclopedia científica y evolucionista, un estudio completo de la vida en el planeta que ya incluso hablaba de los excesos del mercantilismo, del maquinismo y de los efectos negativos que podía tener sobre la biosfera.
Este video es nuestro pequeño homenaje a un gran hombre que nos enseñó la belleza y el valor que hay detrás del cualquier pequeño curso de agua que luego se convertirá en el Tajo, el Duero, el Ebro… el Tigris, el Zambeze, el Yukón, el Mekong, el Marañón, el Okavango, el Río de la Plata, el Colorado, el Pecos, el Nilo, el Ganges, el Tigre, el Teklanika, el Danubio, el Orinoco, el Sena, el Mississippi, el Río Bravo, el Volga, el Niger, el Támesis, el Rubicón, el San Lorenzo, el Blackfoot, el Amazonas o el Éufrates. Pero antes, cuando no tienen nombre, sólo son eso, arroyos libres y limpios.
Ramón J. Soria Breña
Temporada 2. Capítulo 14 | Arroyo |
Fecha de grabación | 15 de febrero de 2020 |
Duración | 1:55 minutos |
Fecha de emisión | 26 de junio de 2020 |
Localización | Arroyo de los Corzos |
Municipio | Condemios de arriba. Guadalajara. España |
Imagen y sonido | Ernesto Cardoso |
Montaje y edición | Ernesto Cardoso |
Opúsculo | Ramón J. Soria |
Música | Spazz Cardigan |
Tema | Thoreau |