Situado en un cerro despejado cerca de la localidad de el Raso, el castro vetón de “El Freillo” abarca una extensión de unas 20 Ha, mantuvo una población estimada de 1500 habitantes en su mayor expansión y contaba con alrededor de 300 casas. Durante la Edad de Hierro estuvo habitado desde el siglo III al I a.C., aunque posee restos de asentamientos anteriores. En el yacimiento, que aún no se excavado en su totalidad, se conservan restos de la Edad del Bronce, elementos de la Primera Edad del Hierro (Raso I), una necrópolis de la Segunda Edad del Hierro (Raso II), un recinto fortificado de gran extensión (Raso III) y el santuario de Postoloboso, dedicado al dios Vaelico, relacionado con el lobo —que debió ser abundante por estos lugares—y que tiene su continuación como ermita dedicada primero a San Juan y luego a San Bernardo en tiempos cristianos. El poblado se encuentra en las estribaciones meridionales del Macizo Central de Gredos, cercano al pico Almanzor y a la Garganta de Alardos, que le servía como defensa natural.
La economía de sus habitantes estaba basada fundamentalmente en la ganadería y en menor medida en la agricultura, aunque se desconoce en gran medida la vida económica de estas comunidades por falta de datos. Se apoyan estas hipótesis en un análisis externo y actual del medio donde se encuentra (clima frío, suelos pobres y zonas adehesadas propicias para la cría de ganado) y en la aparición de utensilios de uso cotidiano como queseras, pesas de telar, molinos de granito o cerámicas de fabricación local.
Los historiadores también hablan de una economía, en este castro y otros aledaños, de “bienes de prestigio”, se han hallado objetos vinculados al mundo de la religiosidad, a la ritualidad y a las celebraciones funerarias, así como al adorno y cuidado del cuerpo de ámbito tartésico, por lo que no es muy aventurado pensar que adoptaron parte de sus ritos y sus dioses. Las élites de estos poblados conseguían estos bienes a través del comercio o bien de pactos con comunidades más influenciadas por los vecinos del sur. Se especula que los productos que aportaban los vetones a los tartésicos eran ganado, sobre todo bóvido, caballos, pieles, metales en bruto y mercaderías perecederas que no han dejado rastro arqueológico. A cambio lo que recibían, hallándose en los restos arqueológicos de este poblado, eran vajillas metálicas, braseros, fíbulas de doble resorte, broches de cinturón de origen fenicio, pinzas de depilar, incensarios, todos fabricados en bronce; pero también piezas de joyería, objetos de pasta vítrea, cerámicas, perfumes, telas, etc.
De lo que se deduce que existía un complejo entramado social y político basado en un importante sector económico de base originado en la riqueza acumulada. Estos restos nos hablan de dos clases sociales, una élite que ostentaba el poder político y económico y la masa de población libre que, en cierto modo, vivía a la sombra de su gestión.
La romanización de los pueblos de cultura celta en la península Ibérica no fue muy tumultuosa (salvo excepciones como el lusitano Viriato y su alianza de tribus), parece que fueron pueblos que después de vivir durante siglos en sus oppida amurallados, que no aislados -ya que las excavaciones arqueológicas demuestran los distantes movimientos de objetos que existían en aquella época-, temerosos de sus vecinos y de cualquier otro grupo que tuviera a bien guerrear con ellos , abandonaron el frio y las precarias condiciones de vivir en la montaña por el llano y la seguridad de la Pax Romana. Posiblemente sea por esta circunstancia que apenas nos han llegado noticias de los historiadores y cronistas romanos, más dedicados a los hechos heroicos a modo de propaganda imperialista (sobre todo los que proporcionaron gloria al Imperio) y a borrar o emborronar a la Historia algunos episodios bochornosos para los generales romanos y sus legiones.
Pero no les debió venir mal del todo el cambio ya que poco tardaron en abandonar sus poblados, cambiar el nombre de sus dioses, al recaudador de sus impuestos y recibir una civilización que, por lo que parece, aceptamos de buen grado: Ya sabemos todos lo que los romanos han hecho por nosotros.
Ernesto Cardoso
Temporada 1, capítulo 16 | Castro celta de «El Freillo». (El Raso) |
Fecha de grabación | 16 de febrero de 2019 |
Duración | 1:31 minutos |
Fecha de emisión | 19 de julio de 2019 |
Localización | El Raso. Ávila, Castilla y León, España |
Imagen y Sonido | Ernesto Cardoso |
Edición | Ernesto Cardoso |
Opúsculo | Ernesto Cardoso |
Música | Scott Holmes |
Tema | Epic Cinematic |