Paseo entre robles. Otoño e intemperie suave. En estos valles del centro sur de la Península ibérica, con lluvias intensas, escasas heladas y sol bien repartido, el clima permite no abrigarse demasiado para dar un paseo aunque estemos a mediados de diciembre. Caminar por las dehesas y los bosques de robles en completa soledad es un lujo posible.
Han sido miles de años de cazadores-recolectores, nómadas, nunca quietos, siempre en marcha. Luego, apenas unos diez mil años de agricultores y ganaderos, tampoco en esas actividades había mucho descanso. Pero en los últimos trescientos, cien años… en los países desarrollados del norte, se generaliza el trabajo sedentario, de oficina o despacho. Horas y horas al día sentados tras una mesa y ahora, en los últimos veinte, tras la pantalla del ordenador.
Sin embargo a los humanos nos sigue tirando el ser paseantes, “culos de mal asiento”, amantes de la intemperie, ha sido mucho tiempo, generaciones y generaciones de caminar por el campo. Sólo años y años de escuela o colegio desde muy pequeños, años y años sentados, forzados a estar quietos tras una mesa, un ordenador, una televisión, nos reprime ese instinto y nos hace olvidar que nuestro cuerpo, nuestros sentidos, nuestra mente evolucionaron para el movimiento, los espacios abiertos, el caminar hasta agotarnos tras las presas o delante de las amenazas.
Hoy caminamos por nada, porque sí y descubrimos las ruinas de las casas de vettones, lusitanos, celtas, carpetanos, vacceos que antes de nosotros consideraron esta tierra un hogar.
Los grandes robles que se salvaron hace cientos de años de la furia del progreso, de quedar reducidos a cuadernas navales de barcos ya hundidos, vigas de casonas hoy abandonadas o carbón de hogares en postguerra, van perdiendo las hojas. En los valles de las estribaciones de Gredos podemos acercarnos a tocarlos, contemplar su porte, entender el desastre, el invisible exterminio del pasado que ha llenado la Península de extrañas estepas y pelados, matorrales y secanos subsidiados.
Caminar por aquí, todavía, antes que alguien quiera volver a cortarlos, es un lujo que tiene un precio asequible, impagable.
Ramón J. Soria Breña
Temporada 1. Capitulo 22 | Robledal en Gredos |
Fecha de grabación | 6 de diciembre de 2018 |
Duración | 2:38 minutos |
Fecha de emisión | 18 de octubre de 2019 |
Localización | Sierra de Gredos |
Municipio | Villanueva de la Vera y Jarandilla de la Vera. Extremadura. España |
Imagen y sonido | Ernesto Cardoso |
Montaje y edición | Ernesto Cardoso |
Opúsculo | Ramón J. Soria Breña |
Música | kitchenromance |
Tema | my bloody beating heart |